Melanoma de coroides

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Melanoma de coroides

El coroides es la capa de vasos sanguíneos y se encuentra detrás de la retina a la que le proporciona oxígeno y otros nutrientes.

El melanoma es un tumor que se origina en las células pigmentadas de la capa intermedia-vascular del ojo, la úvea, compuesta por el coroides, el cuerpo ciliar y el iris. Este tumor afecta a 6-9 personas adultas por cada millón de habitantes y año (según datos procedentes de Norteamérica y los países europeos nórdicos), siendo más frecuente en personas de piel y ojos claros.

En muchos casos los pacientes no presentan síntomas y el melanoma se diagnostica en una exploración rutinaria. En otros casos, el tumor crece dentro del ojo en la parte posterior y puede producir distorsión o pérdida de visión o de campo visual, acompañados o no de visión de “flashes” o luces y causar desprendimiento de retina.

Cuando crece en la parte anterior puede aparecer como una lesión de coloración variable observándose en el iris, empujar el cristalino, produciendo catarata y perdida de visión y/o crecer a través de la esclera, haciéndose visible en la superficie ocular. Puede también invadir las estructuras de drenaje del ojo, provocando una aumento de la presión intraocular (glaucoma secundario).

Los oftalmólogos especializados en oncología ocular realizan el diagnóstico realizando un examen ocular completo de ambos ojos que incluye un examen del fondo de ojo con dilatación pupilar, fotografías especializadas (retinografías y en ocasiones angiografías oculares), y ecografía ocular. En esta última, los melanomas presentan unas características muy típicas que permiten confirmar el diagnóstico y además medir el tumor para valorar su tamaño y su grado de actividad o crecimiento en el tiempo. Con estos exámenes en manos de expertos, la precisión diagnóstica supera el 95%.

Una vez confirmado el diagnóstico, el especialista puede requerir la realización de una resonancia magnética o un TAC de la órbita para valorar la afectación de los tejidos peri oculares, y también un examen general.

Los pacientes con melanomas pequeños sin signos de actividad pueden ser tratados o pueden observarse repitiendo la exploración ocular periódicamente y tratarse cuando se demuestra el crecimiento.

En casi todo el mundo, los pacientes con melanomas de tamaño medio se tratan o bien con radioterapia especializada o extirpando el ojo. Existen diferentes formas de radioterapia especializada, con técnicas diseñadas específicamente para tratar el tumor y preservar la visión (en la medida de lo posible) y el globo ocular, pero las más utilizadas y con mayor experiencia en la aplicación a tumores oculares son la braquiterapia epiescleral (la más extendida en el mundo) y la radioterapia externa con protones.

Los resultados del Collaborative Ocular Melanoma Study –estudio multicéntrico americano- (COMS) y de otras publicaciones acerca de la radioterapia con protones, se sabe que estos tratamientos comparados con la enucleación son igualmente eficaces en la prevención de la enfermedad metastásica, por ello la enucleación se aplica en pocos pacientes con melanomas de este tamaño.

En los pacientes con melanomas de tamaño grande, las opciones de tratamiento más adecuadas son la extirpación del ojo o la radioterapia externa especializada, de alta precisión (protones) que puede radiar el tumor preservando al máximo los tejidos oculares no afectados por el mismo.

Los tratamientos conservadores, Braquiterapia y Radioterapia externa especializada han mostrado una capacidad de destruir los melanomas > 90%, pero aproximadamente entre un 30 y un 50% de los casos presentan efectos secundarios a medio y largo plazo que llevan a la disminución o pérdida de la visión. Estas complicaciones en un 10% de los casos pueden ser tan graves que conduzcan a la extirpación del globo ocular secundariamente.